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jueves, 1 de noviembre de 2018
Pan de leche
Elaborar pan en nuestra cocina, es algo bastante fácil, aunque no lo parezca. Cuesta un poco animarse a hacer pan casero, pero una vez hemos probado, ya nunca dejaremos de practicarlo, aunque no sea a diario.
A pesar de que nos puede parecer una tarea complicada, y para la que se necesita bastante tiempo, en realidad no es así.
Tan solo necesitaremos harina, agua, levadura y sal.
La harina puede ser específica para pan, harina de fuerza, o sencillamente harina de trigo normal.
Y para aquellas personas que no toman harinas blancas o refinadas, la buena noticia es que la receta es la misma, pero usando la variedad que más les guste: integral, espelta, o incluso mezclando cereales y semillas en la masa.
La clave para que la elaboración del pan tenga éxito, es la fermentación. Para ello, debemos usar una levadura que haga subir la masa a temperatura ambiente, las llamadas levaduras de panadería. Las que se usan en repostería, para hacer bizcochos, hacen subir la masa dentro del horno, pero el pan debe entrar ya a cocerse habiendo subido. No obtendremos pan si no usamos la levadura adecuada.
El proceso de elaboración es bastante sencillo.
Receta de pan casero:
Ingredientes:
_ 600 gr. de harina
_ 400 ml. de agua templada
_ Una pastilla de levadura fresca de panadería
_ Una cucharadita de sal
Elaboración:
Mezclamos todos los ingredientes en un bol grande, hasta que consigamos una bola, de una consistencia adecuada para amasar.
Pasamos el contenido del bol a una mesa o encimera de cocina, previamente espolvoreada con harina, y amasamos durante cinco minutos, hasta obtener una masa homogénea, que se pegue poco a las manos.
Volvemos a colocar en el bol, tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar aproximadamente una hora, o hasta que la masa haya doblado su tamaño.
Colocamos la masa fermentada sobre la mesa nuevamente, y amasamos hasta sacar todo el aire que haya cogido. Damos la forma a nuestro pan, y lo colocamos sobre la bandeja del horno.
Y otra vez esperamos a que fermente. Podemos hacer algunos cortes en la superficie, con un cuchillo afilado, para evitar que al cocer raje por cualquier parte.
Cuando la masa haya crecido más o menos el doble, metemos nuestro pan en el horno, y lo dejamos cocer a 200 grados durante aproximadamente media hora. Vamos mirando el color de vez en cuando, hasta conseguir el punto deseado.
En el caso de que la harina que utilicemos sea integral o de espelta, lo más adecuado será hacer la misma receta, pero con menos harina, 500 gramos más o menos, y un chorrito de unos 50 ml. de aceite de oliva, puesto que las harinas integrales son bastante más secas que la blanca, y nuestro pan podría deshacerse o quedar duro.
Pero hoy, la receta que hemos hecho en casa es la del pan de leche. Básicamente es el mismo procedimiento, pero varía ligeramente la receta, enriquecida con ingredientes que harán que el pan quede mucho más esponjoso y suave que el pan normal.
Receta del pan de leche:
Ingredientes:
_ 600 gr. de harina
_ 400 ml. de leche
_ 50 ml. de aceite de oliva
_ Un huevo
_ Una pastilla de levadura fresca de panadería
_ Una cucharadita de sal
_ 80 gr. de azúcar (este ingrediente es opcional, yo no se lo pongo, porque no me gusta que quede dulce)
Un truco para que la miga salga mucho más abierta y esponjosa, es repetir el proceso de la fermentación, antes de dar la forma al pan, dos veces en lugar de una.
El horneado del pan de leche, lo haremos a una temperatura algo más baja, 180 grados como mucho, porque es más fácil que se dore antes la corteza, al llevar otros ingredientes. Cuando veamos que la corteza empieza a estar doradita, ya es el momento de apagar el horno. Podemos dejarlo dentro pero con el horno apagado, durante un rato más, para evitar que nos quede crudo.
Si tocamos el pan inmediatamente después de sacarlo del horno, notaremos la corteza muy dura, pero a medida que se va enfriando, comienza a tomar la textura propia del pan de leche.
Es una receta que merece la pena probarla. Podemos meter esta masa en un molde rectangular, de los de bizcocho, untado con mantequilla para que no se pegue, y conseguiremos un delicioso y casero pan de molde.
La imaginación y las necesidades de cada persona, hará que demos una u otra forma a nuestro pan, pero en todos los casos, podremos disfrutar de una delicia que, seguro, volveremos a repetir.
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