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lunes, 12 de noviembre de 2018

El orégano


Un clásico en cualquier huerto de aromáticas que se precie. Esta planta me ha sorprendido, por la manera que ha tenido de extenderse, llegando a tapizar literalmente la zona del arriate que le dediqué en su momento.
No me gusta poner las plantas demasiado juntas, porque quiero que tengan bastante espacio para expandirse, pero la verdad es que no sabía que el orégano era rastrero. Va desarrollando raíces a partir de los tallos, que se agarran también a la tierra, de manera que, al final, desarrolla un entramado que se extiende en todas direcciones.
Contiene potasio, hierro, magnesio, zinc y cobre, además de vitaminas B1, B2, B3 y C. Además del uso en la cocina, que es bastante extendido, sobre todo en platos de pasta, pizzas o ensaladas, por ser el orégano una planta con un sabor rico e intenso, podemos beneficiarnos también de sus propiedades por medio de infusiones o aceites esenciales.
Tomado en infusión, es bueno para los problemas digestivos y los procesos catarrales. Antioxidante, desinfectante y antiinflamatorio, puede ser usado también de forma externa, para curar heridas, infecciones por hongos, o como componente en cremas cosméticas o aromas.
Es un buen aliado para evitar las plagas que afectan a otras plantas, así que podemos utilizarlo como insecticida, plantando orégano cerca de nuestro huerto, o bien aplicándolo en infusión o aceite esencial directamente sobre ellas.

Además, es una planta que, una vez adaptada al lugar donde la hayamos colocado, no es demasiado exigente en cuanto a cuidados, mantiene su hoja durante todo el año y podemos disfrutarla siempre que queramos, fresca o seca.

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