Tenía muchas ganas de tener una planta de cebollino. No recuerdo qué receta fue la que vi hace años, que despertó mi necesidad por tener este ingrediente a mano en mi cocina, pero lo que sí recuerdo es que, en ese momento, no lo conseguí.
Puede ser que sea algo torpe para buscar, o que, simplemente, basta que busques algo para que no lo encuentres en ninguna parte. Lo cierto es que, después de un montón de años, cuando vi la planta del cebollino en el vivero, me lancé en plancha a por ella.
Cuando la trasplantamos al arriate, parecía agonizante. Además, justo la trajimos cuando le acababan de cortar el flequillo, y parecía que no iba a remontar. Pero la verdad es que lleva ya casi un año en su sitio, y le he cortado un montón de veces, para cocinar, para congelar, e incluso, para darle a algún familiar aficionado a la cocina.
Y, a estas alturas del partido, mi cebollino parece que ha encontrado un buen sitio en el arriate, así que, ya no tengo problema para usarlo en la cocina cuantas veces quiera.
Es un ingrediente de lujo, según mi parecer, en ensaladas, salsas, cremas, e incluso sandwiches y bocadillos.
Su sabor recuerda un poco al de la cebolla, pero es mucho más delicado. Incluso, la decoración de cualquier plato, mejora notablemente con el cebollino, le pone un toque de distinción a cualquier cosa. Para mí, es maravilloso.
En cuanto a propiedades, es una fuente de vitaminas A, B y C, además de contener potasio, calcio, azufre, magnesio y sodio.
Previene el cáncer de próstata, esófago y estómago, aclara la voz, ayuda a mejorar el estado de ánimo, absorbe grasa de nuestras células, mejora la presión arterial y evita la formación de coágulos.
Un ingrediente imprescindible, si queremos convertir nuestros platos en toda una explosión de sabor, buena presencia y nutrientes favorables para la salud.
Viva el cebollinoo!!
ResponderEliminarjajaja!! pero no vayas a comprarlo al mundo de luz y color de las frutas, ya sabes... que allí todavía estoy esperando que me lo traigan
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