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sábado, 3 de noviembre de 2018
Higaditos encebollados
El hígado de pollo es un alimento que no suele dejar indiferente a nadie. Su textura, distinta de la de las carnes, su intenso sabor, y el hecho de ser una víscera, hace que muchos lo descarten de su dieta drásticamente. Sin embargo, y a pesar de ser poco aficionada a la casquería, para mí es un plato delicioso, si está preparado adecuadamente.
Por su contenido en vitamina B12, ayuda a nuestro cuerpo a fabricar glóbulos rojos, por lo cual, es muy indicado en casos de anemia. Contiene también vitamina B2, que fortalece nuestros tejidos, B5 para generar energía y procesar el colesterol, Selenio, que mantiene saludable la glándula tiroides, Zinc, que ayuda en la asimilación de la insulina, vitamina K, buena para la correcta coagulación de la sangre, y ácido fólico, muy necesario en el embarazo y la época de lactancia.
Sin embargo, el consumo de hígado de pollo, o de cualquier otro animal, presenta un inconveniente. En este órgano, los animales almacenan gran cantidad de toxinas, así como restos de antibióticos y hormonas, que se usan para el desarrollo masivo en granjas de explotación. Debemos asegurarnos de que el hígado que estamos consumiendo pertenece a pollos ecológicos, y aún así, algunas toxinas llevará.
Por este motivo, no es un plato que deba ser consumido con demasiada frecuencia, pero sí es recomendable hacerlo, al menos, una vez al mes.
La receta que hoy os traigo, es el típico hígado encebollado, un plato exquisito, y bastante saludable.
Ingredientes:
_ Medio kilo de higaditos de pollo
_ Una cebolla grande
_ Dos dientes de ajo
_ Una hoja de laurel
_ Sal
_ Un chorrito de aceite de oliva
_ Pimentón dulce
_ Pimienta
_ Vino blanco
Elaboración:
_ Sofreímos el ajo y la cebolla con la sal en un poquito de aceite de oliva, hasta que estén dorados. Añadimos los higadillos, cortados en trocitos. Yo recomiendo quitarles la parte blanca que hay en medio de los lóbulos, porque la textura que tiene podría estropear nuestro plato.
Sofreímos un poquito los higadillos, y agregamos después un chorro de vino blanco y medio vaso de agua, aproximadamente. Echamos la pimienta, el pimentón y la hoja de laurel, y lo ponemos a fuego suave hasta que haya reducido la salsa.
Los higaditos de pollo encebollados, acompañados de una buena ensalada verde y un poco de arroz salteado, son un plato nutritivo, completo y muy saciante. Espero que os haya gustado.
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